Gilbert Kaplan y el poder de la voluntad

Un sábado de Abril de 1965, Gilbert Kaplan editor de la revista Institutional Investor y economista de la bolsa de valores de Nueva York, fué invitado por un amigo a escuchar un ensayo de orquesta en el Carnegie Hall.

El ensayo sería dirigido por Leopold Stokowski, el famoso director de orquesta de la película  “Fantasía” de Walt Disney.

Esa tarde estarían ensayando la Sinfonia No 2  ”Resurrección” de Gustav Mahler que nunca había escuchado.

Ya en la noche y sin poder dormir por el impacto que le había causado la música, Kaplan decidió regresar a primera hora de la mañana, comprar un boleto y asistir a la premier:

“…sólo me encontré llorando, absolutamente histérico”.

Su encuentro esa tarde con la música de Mahler, le cambió su vida para siempre.

A los pocos días cumplió 40 años. Esa mañana, y sin contar con ninguna educación musical, despertó decidido de que tenía que dirigir esta obra.

Comenzó su preparación asistiendo a cada función de la sinfonía sin importar en que parte del mundo fuera interpretada: Hizo esto por nueve años.

(Por cierto, en uno de esos conciertos conoció a su futura esposa que estaba sentada en el asiento contiguo en el Royal Festival Hall de Londres).

Luego se tomó 18 meses sabáticos para estudiar y discutir la obra con los principales directores de orquesta de entonces como Leonard Bernstein, Sir Georg Solti y Leonard Slatkin.

El 9 de septiembre de 1982, después de la cumbre del Fondo Monetario Internacional, y poniendo en riesgo su reputación, invitó a sus amigos políticos y financieros así como al ex primer ministro británico Sir Edward Heath para ofrecer una gala en la que el mismo dirigiría la obra con la American Symphony Orchestra en el Lincoln Center.

La gala fué un éxito.

Aquí un video de ese memorable momento:

Su hazaña, a pesar de que era discreto, ha tenido repercusiones en todo el mundo de la música. Durante los años siguientes, Kaplan fue invitado a dirigir las principales orquestas del mundo.

Su version de la Sinfonia #2 de Mahler con la Sinfonica de Londres, es la versión más vendida del catálogo de Deutsche Grammophon y es reconocido como la principal autoridad técnica en la segunda sinfonía de Mahler, consultada por muchos profesionales y directores en cuestiones de detalle.

Sin embargo, es la UNICA obra que el dirigió. Y manteniendo su humildad, toda su vida afirmó que el no estaba capacitado para dirigir ninguna otra obra.

El es el cumplimiento perfecto de la frase de Arthur Schopenhauer que dice:

 “… la voluntad humana puede vencer cualquier fuerza de la tierra.”

Georg Cantor y el Infinito

George Cantor revolucionó las bases de la matemática tradicional al crear la teoría de conjuntos buscando una explicación al infinito.

Esta teoría hoy se considera tan fundamental que raya en lo obvio, pero cuando lo introdujo fue polémico y revolucionario.

No hay teoría matemática que no se apoye en la teoría de los conjuntos. Es inclusive una materia obligatoria de niños de primaria antes de entrar de lleno a las operaciones y la aritmética.

Cantor fue tachado de hereje, loco y digno de no ser escuchado (lo que le trajo problemas depresivos y crisis nerviosas muy serias), sin embargo, él tenía la convicción de que estaba en algo muy importante y dedicó su vida y sacrificios a ello.

El elemento de controversia se centró en el problema de que si es posible alcanzar el infinito.

Antes de Cantor, la opinión general era que el infinito como una realidad no tenía sentido, sólo se podría hablar de una variable cada vez mayor sin que la variable llegara al infinito.

Es decir, se consideró que n → ∞ tiene sentido, pero n = ∞ no.

(Un número puede tender al infinito, pero ningún número puede ser infinito)

Cantor no sólo encontró una forma de encontrarle un sentido real, sino que demostró que existen diferentes órdenes o “niveles” de infinito.

Gracias a esto, pudo explicar y resolver las paradojas de Zenón que fueron una plaga de las matemáticas por más de 2,500 años.

Antes de Cantor el infinito era un concepto vago, después de el, las matemáticas, los números racionales, los números cardinales, los juegos y conjuntos de datos no se pueden concebir sin el concepto del infinito.

Georg Cantor nació el 3 de marzo de 1845 en San Petersburgo, Rusia.

Fué un matemático brillante, pero envidiado, al punto de que cuando se abrió la posibilidad de una plaza como profesor de la Universidad de Berlín, un grupo de matemáticos influyentes, entre ellos Leopold Kronecker, lograron impedir que se le diera el  nombramiento.

Tanto rechazo, odio y críticas de propios y ajenos por fin lo orillaron a que en sus cuarentas se alejara de la cátedra y muriera de crisis nerviosa en una manicomio de Halle, Alemania en 1918.

Bertold Brecht y los Imprescindibles

Bertold Brecht es el dramaturgo alemán que mayor influencia ha tenido en el teatro moderno. Prácticamente no hay obra nueva, ensamble o coreografía que no este influenciada por sus técnicas.

Sin embargo, Bertold Brecht se autodefinía como un hombre en búsqueda contínua. De él es la frase:

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.

Esto es de lo que se trata en este blog:  De buscar a todas aquellas personas imprescindibles y muchas veces poco conocidas que lucharon hasta el final y de como sus actos, acciones u obras nos han afectado.

Silvio Rodriguez ha inmortalizado esta frase en su canción Sueño con Serpientes

Bienvenido a Los Imprescindibles