Después de la vergüenza que los presidentes de Ford, Chrysler y General Motors pasaron al quedar al descubierto por el mismo congreso que viajaron en 3 aviones particulares, que salieron de la misma ciudad y que los recogieron en 3 caravanas en Washington para asistir al mismo lugar y luego pedir ayuda para salvar sus empresas durante la crisis automotriz de 2010, no queda mas que reflexionar lo que significa a veces perder el piso.
Que diferencia con el presidente de Japan Airlines, Haruka Nishimatsu, que ante la crisis, decidió quitarse todas y cada una de las prestaciones que tenía, tomar el autobus, almorzar en el comedor de empleados y reducirse el sueldo a $7,500 dólares al mes (menos que cualquiera de sus pilotos).